Su imponente salón comedor coronado por un lucernario de finales del XIX y rodeado de una moldura con motivos frutales también de dicha época, hacen que, nada más entrar, el huésped quede maravillado por el tamaño y belleza de esta suite. La preside una hermosa chimenea y resaltan su pianola, su sillón Luis XV, su imponente armario normando, su chaise longue y sus bellas pinturas. El dormitorio goza de un toque íntimo y confortable que, como el imponente salón, deja entrar la luz natural a través de sus ventanales. El baño, sobre un bello suelo hidráulico, completa, junto a una cocina discreta y elegante, una de las suites deluxe de esta impresionante casa palacio.